Reseña | Días de gracia

Las películas mexicanas tienen un historial complicado desde hace al menos unas 2 décadas. Algunas sorprenden, otras aburren, algunas más entristecen. Días de gracia se estrena el viernes 13 de abril, y no cabe duda que es una película digna de análisis. Entérate de todas nuestras impresiones después del salto.

Director: Everardo Gout
Titulo: Dias De Gracia
Guión:
Everardo Gout
David Rutsala
Género: Thriller
Origen: México
Duración: 128 minutos
Año De Produccion: 2011
País: México
Reparto: Paulina Gaitan, Carlos Bardem, Mario Zaragoza, Miguel Rodarte, Tenoch Huerta, Dolores Heredia, Dagoberto Gama, Kristian Ferrer, José Sefami, Sonia Couoh, Veronica Falcón, Vikram Chatwal, Harold Torres, Eileen Yañez, Sara Manni


Sinopsis oficial

Ciudad de México. 2002, 2006, 2010. Un policía. Un rehén. Una esposa. La corrupción, la violencia, la venganza. Tres destinos, a lo largo de 30 días, durante la celebración de tres Mundiales de Fútbol. Tres maneras de afrontar la lucha por la supervivencia.

Reseña

De vez en cuando en los quehaceres como cinéfilo o como persona simplemente, se llegan a ver o admirar cosas que impactan en la forma de pensar, o quizá, en ese cotidianeidad tan aceptada, llegan a romper nuestros esquemas para hacernos recapacitar, para volar en pequeñas partículas las concepciones que tenemos acerca de muchas cosas.

El cine es una de esas pocas cosas que nos puede mostrar realidades que parecen ficción, o ficciones que quisiéramos que fuesen realidad. La introducción a esta reseña me ha tomado un poco de tiempo porque hay tantas cosas que decir de esta película que no sé si me alcance este espacio para volcar todo aquello que esta ópera prima me dejó como espectador, como ser humano, y más que otra cosa, como mexicano. Mérito y honor a quien los merece, y en este caso en específico, no temo abrir la boca para decir que Everardo Gout, el director y co-guionista de esta cinta, es uno a quien sinceramente voy a seguirle los pasos de cerca.

La sinopsis nos deja tres elementos primarios. Como primer punto quizá, la inevitable estigmatización inmediata de la cinta en cuanto a los temas que trata. Esos que son tan cotidianos en la vida del mexicano (y del latinoamericano también) y que inundan nuestras noticias día a día. Secuestro, futbol, corrupción, violencia y venganza. Al mirar en esta pequeña descripción uno no puede evitar pensar “debe de haber otras cosas que contar en las películas nacionales” pero en tanto que los temas o contenidos son importantes, se hace más presente, en lo que respecta a esta cinta, la forma en que se nos cuenta.

No cabe duda que retratar nuestro alrededor es una de esas cosas que el cine permite hacer con más o menos una cuota de veracidad, con flexibilidad, al punto de poder contar lo que se quiera de la manera que se desee, por más inverosímil que parezca esa realidad que retratan en las películas. Días de gracia es una oda a muchas cosas, que parece violentar sus escenas por sencillas razones de contexto, de credibilidad y de habilidad narrativa.

El segundo elemento presentado en la sinopsis, es esa ventana a tres distintas épocas, distantes entre sí, por mundiales de futbol. Ese mismo deporte que por treinta días (como se menciona) embriaga a todos por igual. Un elemento conductor, un vehículo increíble para relatarnos y llevarnos de la mano por tres diferentes situaciones que se ven cohesionadas por esos sonidos tan particulares de los narradores de futbol, en la radio, en la televisión, en el hablar de todos las personas que viven en esta Ciudad de México.

Y como tercer elemento, la supervivencia. Esa necesidad imperiosa que encontramos en las orbes, en estas grandes junglas en donde se vive presionado por factores como las altas tasas de criminalidad, los problemas económicos y esa inseguridad nacida de estar en peligro en cualquier momento y en cualquier sitio en el que nos encontremos.

Tres elementos que no dejarán indiferente a nadie, que te tomarán del brazo y te mandarán a viajar a lugares que ya conoces, a situaciones que quizá hayas tenido la mala fortuna de haber vivido de cerca o de las que definitivamente has oído hablar, pero que sin ninguna duda tocarán fibras que no muchas veces se ven alteradas. Y más importante, que permiten entrever una suerte de fragilidad y humanismo palpable durante toda la cinta.

Si, quizá muchas personas aborden el cine después de tener un día terrible, después de venir estresados de un trabajo desgastante, y lo único que quieran es ver algo que los entretenga, que les divierta y los transporte a otros lugares más pacíficos y agradables que ese mundo al que hay que hacer frente cada día que se despierta. Quizá sea eso mismo lo que repele a las personas a mirar cintas en las que se retrata una realidad que necesita ser transformada, que necesita la atención de todos para lograr esa metamorfosis.

Lo realmente importante de la cinta es también esa convulsión de los personajes principales, esa eclosión y rompimiento de su propia forma de actuar, de su pensar, de la rectitud en sí misma como personas. Los personajes se muestran tan reales, con una credibilidad gratificante que al final te hace pensar que estás mirando directamente esa ciudad sin ningún tipo de estampa o máscara. El trabajo de Tenoch Huerta, de Dolores Heredia, de Paulina Gaitan, de Kristian Ferrer, de Carlos Bardem y de todas las personas que actúan en esta cinta es impecable.

Y no, no podemos evitar decir que muchas personas de nuevo argumentarán el lenguaje vulgar o soez que se utiliza durante toda la filmación. Pero hay que entender, y meternos en la cabeza que sencillamente, cuando tratas de hacer una proyección de una realidad como la de nuestro país, sería por mucho, una falsedad de tamaño considerable, el desechar este lenguaje, que aunque no se quiera ver, es la forma en que se expresa una gran parte de la gente de nuestro país. Y más aún, refiriéndose a los estratos que trata de mostrar la cinta.

La evolución de los protagonistas en estas distintas épocas, da cuenta de un arduo trabajo por parte de todos los actores para desarrollar a estos personajes, por darles esta personalidad tan definida, nos entrega a fin y al cabo ese desarrollo tan bien logrado por cada uno de ellos. Es también, dentro de estas actuaciones y los personajes mismos, una crítica constante a nuestro sistema de seguridad pública, a nuestra sociedad, y a nuestro valor para seguir firmes en nuestras convicciones como seres humanos.

En el plano técnico, tampoco se puede decir muchas cosas que le afecten negativamente. Los planos, las locaciones y algunas secuencias se muestran en lo alto, un estandarte para decir que la fotografía, fue especialmente cuidada por Luis David Sansans quien hace uso de muchos elementos cinematográficos para lograr las impresiones correctas en los momentos adecuados. Como ya lo había mencionado, las escenas de persecuciones llevadas a planos secuencia destacan en este rodaje que se vale de todas las herramientas posibles por contar esta historia.

Si, la película es violenta, pero más porque juega con el espectador, más por ese anhelo de libertad hacia los personajes, ese que se ve mermado por constantes confrontaciones con la corrupción, con la ineficiencia de cuerpos policiales comprados o maniatados. Y que va dando a la cinta un cuerpo que exige a quien la ve, una reflexión que lo haga salir de su estado de pasividad. Al final este punto termina haciendo cómplice a quien la mira, dándole un papel dentro de la cinta, ese que ya no sólo observa desde fuera, ese de espectador, ya no sólo a nivel de la butaca, sino a un nivel que compromete a mirar de cerca qué hacemos con nuestro tiempo para cambiar lo que observamos.

Lupe Esparza (protagonista interpretado por tenoch huerta en este guiño total a Bronco) se muestra como un policía comprometido con su profesión, y con ganas de ser parte de esta transformación, personaje que por momentos parecería ficción. Y no porque el actor no haya cumplido la cuota para el papel, sino por esta misma desilusión que se tiene hacía los cuerpos de seguridad en México. Esa concepción que hace pensar seriamente si realmente existirán policías que se enfrenten a toda adversidad para seguir un camino de rectitud y justicia. Pero que sin embargo, durante la cinta, nos entrega esperanza, esa que nos hace cavilar que aún en medio de toda la suciedad en que vivimos, aún se pueden encontrar cosas por las que vale la pena seguir intentando.

El apartado sonoro es uno que definitivamente esta fuera de lo común, ni siquiera describiéndolo detalladamente se podría hacer justicia a tan buena musicalización y música original. Es de aquellas bandas sonoras, y canciones originales que simplemente te mantienen encantado durante toda la filmación. Ya sea por su adaptación a las escenas, que beben directamente de la intención de Everardo Gout, o por su apreciación independiente. Shigeru Umebayashi, Massive Attack, Atticus Ross, Nick Cave o Scarlet Johansson son algunos de los nombres que desfilan en este apartado, dando a esta producción un matiz que rara vez se encuentra en cintas mexicanas.

Los cellos de Umebayashi, la voz de Johansson en un cover increíble de Summertime, los ya conocidos beats de Massive Attack, la propia opresión de todas las canciones y esa inagotable sensación de escuchar verdaderos sentimientos humanos transformados a música, no paran de llenar esta cinta con lo que parece ser un Dream Team de músicos. Y más aún, para una película que reúne tantos elementos de una calidad increíble.

Quizá el error más palpable (pero de ningún modo intencional, sino circunstancial) sea la misma temática, que no se desprende ni aleja de lo que venimos viendo desde hace tiempo en nuestro país. A veces se antojaría que las filmaciones mexicanas tuvieran esta calidad en otros géneros, en donde rara vez da para tener una película de las cualidades que Días de gracia logra sostener durante los 128 minutos que dura.

Por lo demás, salvo algunas actuaciones pasajeras que parecieran ser un poco más flojas y algunas pocas (poquísimas quizá) escenas en donde la mano del director pudo haber sido más acertada, todo lo que se puede admirar en Días de gracia es una película sumamente gratificante, increíblemente bien hecha, y que deja con una sensación de satisfacción por ver a realizadores mexicanos aventurarse a producciones ambiciosas en las que el resultado es, como en este caso, una de las mejores filmaciones nacionales de los últimos años.

Y otra vez llego a este apartado en el que se van dando forma a todas las cosas que se han dicho y se necesita decir si vale la pena o no ir a ver esta película de Everardo Gout. La respuesta es más que obvia, sencilla y directa: Si, vale muchísimo la pena ver esta cinta. Siendo una ópera prima sorprende mucho más, todos los apartados técnicos están muy bien cuidados, y la historia es una que, si bien no tiene ese factor diferente de lo que nos viene entregando el cine nacional últimamente, si es una que a su manera, logra mantener un hilo argumental fresco. Y que a través de la misma narrativa nos permite encontrar el lenguaje propio de un Everardo Gout talentoso en ella.

Lo único realmente transigente de esta reseña, es los altos estándares que establecerá en quien la lea, a la hora de ver la película. Y como siempre, se podrán notar cosas distintas a la hora de mirarla, pero debo decir que en la más pura apreciación de la cinta, esta no queda a deber nada, y no debería enfrascársele en una nacionalidad, ya que, aún independientemente de que se desarrolle en México, la cinta dota a la historia de críticas a los valores universales que como sociedad, deberíamos defender a toda costa, sea cual sea nuestra procedencia o lugar de nacimiento.

Si, la cinta quizá no es para quienes se quieran ir a entretener, pero si es para todos aquellos que quieran darse un tiempo para reflexionar sobre la situación en este país y sobre las consecuencias y alcances que tienen los temas que se manejan durante toda la cinta. La angustia del secuestro, la vena de traición nacida de la manipulación y la misma sociedad en la que nos desenvolvemos. Si se adquiere el compromiso de ver la cinta, no se pueden pasar por alto estas cuestiones, y si se toma en serio, quizá esta sea una forma, a través de la cultura y el arte para transmutar esa realidad que vemos en la cinta. Y sobre todo, para quien quiera ver un cine bien hecho, sin esa cuota comercial a la que estamos tan acostumbrados.

Como siempre, esperamos sus comentarios, buenos o malos, pues la retroalimentación de ellos siempre nos ayuda. Vayan a verla al cine, formen su propio criterio, establezcan sus propios argumentos, pero den ese paso y no lo hagan por aquella diatriba de “apoyemos al cine nacional” no, vayan a verla porque es una película que vale la pena ver. Porque como cinta cosecha sus propias virtudes. Y porque como ejercicio cinematográfico sencillamente tiene los elementos indicados para sobresalir del resto de producciones que imperan en este momento en los cines.


 

Espera esta y muchas más reseñas aquí, no te pierdas nuestras actualizaciones de las redes sociales y nuestra revista digital. Hasta la próxima reseña.

Saludos

Comments

  1. Yo tengo una duda, quizá no sea importante pero me gustaría saber que le dice Lupe al oído del comando antes de matar a su familia. Ojala me puedan ayudar, gracias, y excelente reseña de una de las mejores películas mexicanas de los últimos 30 años para mi.

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