Reseña Cine | The Expendables 2 (Los indestructibles 2)

De intenciones en el cine se ha hablado mucho. Tenemos tantas variaciones que a veces tratar de contarlas, encasillarlas o acartonarlas se hace simplemente un fastidio. Y es que realmente pensar por otro lado, que debe de existir por fuerza una justificación “artística” para el cine de cualquier tipo o que ésta contenga un trasfondo interesante, complejo, subyacente, reflexivo, expresivo realmente se vuelve un despropósito. Hay cine de muchos tipos. The Expendables 2 es uno de tantos.

Nadie debería pensar que “los indestructibles 2” pretende ni siquiera de la manera más pequeña, ser una pieza de arte o un intento cinematográfico con contenido. Ni las películas ochenteras que usa de base para la auto-burla tenían tramas trabajadas, ni tampoco guiones enrevesados. Era acción por el simple hecho de tener acción, sin más. No había conflictos realmente, más que el hecho de entrar y arrasar todo un campo militar, o si no, pregúntenle a Rambo en ese final en el que llora desconsoladamente y cuya parodia en Hot Shots 2 Part Deux Charlie Sheen abofeteó una y otra vez.

No hay, ni habrá, ni tendría porque exigirse una complejidad argumental, simplemente porque así es este cine. Nadie va a discutir aquí si vale la pena pagarle tanto a alguien por ello, o si vale la pena gastarse el dinero en ello (habiendo opciones que merecen más la inversión). Cada aparición de los personajes es simplemente un gusto fetichista y desorbitado por las fuertes explosiones, la testosterona pura, los diálogos de una línea que complementan la acción. Los indestructibles 2, es un fan service que te hace rebotar de risa si es lo que buscas. Nunca pretende ser una buena película de acción, ni siquiera busca ser buena en ningún sentido.

No tiene porque gustar a todos, y seguramente más de uno saltará a la yugular de quien pretenda decir que esta película es buena, pero termina siendo eso, una película que convierte algo sin sentido, trabado de clichés, de lo mismo de siempre, en algo que puedes disfrutar realmente. Y no, no es porque el lenguaje cinematográfico este impecable. Simplemente nunca fue, ni es la intención de esta cinta tener un discurso cinematográfico de ese tipo.

Así es como termina siendo un festín de “nada” que huele a pólvora, cirugías faciales, comedia simple y un largo etcétera de carencias que hacen que todo embone de la manera adecuada. Y es por esto mismo, por tantos elementos dispares, que se disfruta. Podrán revolcarse en su asiento de la risa, exclamando por lo bajo “¡Que payasada!” en medio de carcajadas. Porque ante todo, la cinta prefiere eso. Prefiere ser efectiva complaciendo a todo el mundo que ama las películas de acción de los ochentas (y poco antes) que anhelaba ver a todos esos personajes juntos, eso sí, viejos y acabados, lo que da un toque de humor extra.

No es una comedia, pero termina haciéndote reír, porque se burla reiteradamente de sí misma. Por ejemplo y sin spoilers, es ridículamente divertido ver la historia contada por un Liam Hermsworth movido por el sentimentalismo más superficial posible. Pero peor aún, que este personaje pase a ser el detonante “in fraganti” de toda la trama. Regresan esos personajes mil por ciento “estereotipo de macho” con armas por doquier, egos inflados estratosféricamente, pero que sin duda, muchos aman.

A fin de cuentas los Indestructibles 2 es una tanda de hombres musculosos disparando grandes armas y destruyendo cosas a los que se les atravesó una trama para hacerlo. Casi emulando películas para adultos en donde a veces la trama es un mero utensilio para la vorágine y el espectáculo.

El único aspecto que sugiere trabajo cuidado, es el del tratamiento de sonido. Mismo que hace que las balas suenen a una guerra de verdad. Para todo lo demás, el análisis se hace innecesario. No hay que pensar mucho para poder disfrutar de esta película. Quizá por el contrario, Stallone y compañía requieren que apagues tu cerebro y que sólo dejes prendida esa parte que dice “archivo cinematográfico de películas de acción del siglo pasado”.

Por lo demás, podría decir que si no estás dispuesto a entender la aproximación que tiene esta cinta a su público (que dicho sea de paso es un público muy específico) y los motivos que movieron a todos estos actores a regresar a la pantalla grande como un grupo de señores arrugados con ganas de (ya entrados en frases trilladas) “rockear por última vez”, quizá lo mejor sea que saltes olímpicamente esta opción. De otra manera saldrás sumamente molesto de que el señor Stallone haya puesto en cartelera la secuela de esta cinta.

Hay que comprender que esta facción del cine comercial de acción y superficial, es eso mismo, cine que no pretende ni va más allá. Quizá sea el triunfo de las cintas que apelan al entretenimiento, pues al final el único papel de mujer que encontramos en la cinta es uno que termina siendo un estereotipo peor que el de los hombres.

Las escenas de pelea de Jason Statham, los miles de caídos de Schwarzenegger y Willis, hasta el mismo nombre del personaje de Jean-Claude Van Damme resulta una parodia total, nombrándolo “Vilain (Villain-Villano)” burlándose de que realmente no importa el nombre del villano, solo que cumpla como mercenario sin escrúpulos y falto de humanidad. Así como el hecho de que la mayoría de los personajes sean llamados por pseudónimos. Y rematando al poner a los antiguos enemigos de EU, los rusos, como cereza del pastel.

Por último y para no dejarlo de lado, creo que la aparición de Chuck Norris Aka The Texas Ranger no dejará indiferente a nadie (y en mi caso particular, hizo que valiera la pena la inversión) Aunque es evidente que es una película en donde Sylvester Stallone simplemente se «roba» la pantalla. Así que ya lo sabes, si no estás dispuesto a entrar a estos parámetros será mejor que evites a toda costa esta secuela. Para esta y más reseñas no te olvides de mandarnos tus comentarios y compartir con nosotros tus opiniones sobre las películas en las redes sociales y en la parte de abajo.

Vean cine, el cine es vida.