Sinestesia | La mente más allá del cuerpo

Después de dos semanas, Sinestesia vuelve con algo para todos los fanáticos de la ciencia ficción. Antes de comenzar, sugiero reproducir esto y que suene mientras leen.

Te recuestas, abres los ojos y comienzas a trabajar. Sabes que todo es posible aquí, hacer y deshacer como y lo que desees. Claro que hay peligros, pero ver las cosas como son y adentrarse en la maravilla que el ser humano ha logrado exteriorizar… no puedes imaginar tu vida sin estar aquí.

A tu alrededor el espacio negro e infinito sólo es ocupado por los datos tangibles. Algunas rutinas se forman frente a ti y logras engañarlas con lo que tú mismo creaste. Para esto te pagan y para esto vives, es sencillo. Entrar y salir. No hay forma de que te superen.

Apenas sientes tus dedos en la consola, se mueven más por instinto que de forma intencional y tus ojos son el vehículo mediante el cual puedes vislumbrar aquel lugar que te da libertad, esa alucinación colectiva de la humanidad que  es muestra de sus alcances, ese espacio en el que tu cuerpo no importa sino sólo tu meta, ese ciberespacio.

Lectura retadora

Éste no es un momento clave como en entregas pasadas de la sección, sino más bien un intento (muy pobre) de homenajear a un clásico de la ciencia ficción: Neuromancer (Neuromante) de William Gibson. Se han preguntado por qué en muchas películas, desde Hackers hasta Terminator Salvation pasando por muchas más, siempre se muestran los procesos relacionados con el ciberespacio y la navegación de una forma irreal: Los hackers y en general cualquier persona adentrándose en ello, parece viajar a través de un espacio en donde la información forma estructuras tangibles que se ven en el monitor. Ésta es la respuesta.

Neuromancer se publicó en 1984 y rápidamente se convirtió en una obra de culto entre los fanáticos de la ciencia ficción distópica. Gibson creo el término de «ciberespacio» y mostró un contexto que se parece en muchas cosas a nuestro presente globalizado y corporativista, donde las fronteras de las naciones comienzan a ser redefinidas y diluídas ante los territorios impuestos por las grandes transnacionales.

Además su ciberespacio, sigue vigente e incluso una visión futurista y fantasiosa que da pie a la imaginación, pues es una especie de realidad virtual un tanto abstracta. A esto sumen una cantidad de momentos llenos de adrenalina, cuestiones transhumanísticas y una sociedad apoyada y afectada por la tecnología y múltiples avances en medicina y tendrán una experiencia que puede hacerlos soñar así como entender muchos elementos en cine, televisión y literatura de ciencia ficción, que han sido heredados desde Philip K. Dick y más tarde Gibson, ambos iconos del ciberpunk.

Para quienes se preguntan por qué le llamo «lectura retadora», verán que la narrativa obedece a la velocidad y a los procesos del tren de pensamiento humano, algo que no deja de obligar a la máxima atención y que al mismo tiempo ayuda a perderse en el libro.

Lumi regresa

Sí, vuelvo a recomendar Child of Eden, en esta ocasión al tiempo que se lee Neuromancer. Por la sencilla razón de que es una experiencia que refiere al estilo visual de un espacio digital en el que los virus y la información en general se visualizan como entes tangibles con los cuales se puede interactuar de ciertas maneras.  El contexto y motivaciones son distintas, pero la esencia es similar y da la oportunidad de experimentar la adrenalina al máximo si se juega en la máxima dificultad y se intenta destruir a todos los virus, mientras que si se activa la opción en la que no es posible perder, simplemente es un viaje de imágenes y música que obedecen ciertos temas y ayuda a relajarse y disfrutar de cada momento.

Pero la otra gran temática de Neuromancer obedece al transhumanismo y para eso recomiendo dos cosas más. La primera, escuchen sus piezas favoritas de música electrónica. Ya sea algún OST, o alguna lista muy personal, de alguna forma siempre son obras que, de manera muy particular, evocan a la tecnología. Consiéntanse con un maratón de futurismo (si les gusta la corriente vanguardista) y ciencia ficción.

La siguiente recomendación es jugar Deus Ex y/o Deus Ex Human Revolution. El segundo (precuela) trata de forma muy precisa la génesis de conflictos vistos en el original. RPG’s de acción con mucha libertad (más el primero) al decidir cómo y qué hacer. El tema de transhumanismo, ligado al conflicto político, económico, social, cultural y de seguridad y derechos humanos, así como la legislación, son líneas tangenciales en estos juegos que se turnan a ratos para ser el eje central de alguna misión o algún descubrimiento.

Encarnar a un ser humano aumentado, que además tiene características superiores a los demás en su condición, llevando así al jugador a una experiencia única en la que además, en el segundo juego, se puede apreciar un diseño de arte espléndido.

Bonus

Ya para quienes quieren entender y adentrarse más en este mundo de manera real, es decir, entender cómo la tecnología está creando e impactando esta cibercultura, recomiendo que consigan dos libros de Mark Dery, un crítico social que se ha especializado en este campo: «Velocidad de Escape» y el más recientemente publicado «No debo pensar malos pensamientos». Ambos son una lectura obligada para entender menesteres diversos, desde el impacto en la sexualidad humana, hasta el fanatismo de reciente crecimiento exponencial (que se ha vuelto ‘meinstrim’, pa’ los cuates) por los zombies.

¿Qué más quieren ver en esta sección? ¿Qué opinan de las obras aquí sugeridas? Espero

Danos tu opinión amigo Styler