El abogado del diablo | Street Fighter la película

Un cliente al que se le acusa, de manera similar que a otras cintas, de ser una de las peores películas basadas en videojuegos que existen hasta el día de hoy. Por varios años se ha aceptado esto como un veredicto justo y por lo tanto, se le ha sentenciado al olvido. Sin embargo, hay esperanza para esta criticada adaptación.

El primer error sería juzgarla bajo los estándares del cine en la actualidad. Por un lado la tecnología y la fotografía usadas en cintas de acción han avanzado mucho y una interpretación contemporánea de cualquiera de las franquicias de peleas más famosas, exigiría por lo menos el nivel coreográfico de cintas similares a Matrix o cualquiera en la que aparezca Jason Statham; un trabajo cinematográfico que cuide desde movimientos de cámara y encuadres hasta iluminación, como lo hizo Skyfall sería también apropiado.

Por otra parte, la industria de los videojuegos hoy en día puede compararse con otras áreas del entretenimiento, como lo es el propio cine. Sin embargo en 1994 el nicho de jugadores era mucho más pequeño que hoy, razón a la que se debe que no fuera un proyecto con el presupuesto más abundante del mundo ni la dedicación y elementos que muchos fanáticos hubiesen deseado.

Adaptaciones

Un enorme problema es que muchas quejas hechas en general, respecto a cualquier adaptación desde un formato a otro, siempre reciben una que suena muy similar a lo siguiente: “es que eso no pasaba/era así en el original”. Si se quiere la experiencia original, consúmase ese producto fuente. Una adaptación es eso mismo y no una copia. Existen incluso las adaptaciones libres, en las que se conservan elementos (temas, personajes, sucesos o similares), pero ni siquiera se mantiene el canon del argumento o el estilo de la obra original (piensen en cuán diferente resulta “Los libros de Próspero” de Greenaway de “La tempestad” escrita por Shakespeare).

¿Esto hace malas a las adaptaciones? No, más bien es una excusa usada erróneamente por algunos irresponsables que sin familiarizarse con el material que sirve de fundamento, toman elementos superficiales y un título famoso, pero no su esencia. Ejemplo: Resident Evil (la primera cinta) es una buena adaptación libre (con errores cinematográficos), pero todas las que siguieron, fueron malas adaptaciones. ¿Es por lo tanto Street Fighter un fracaso como adaptación libre? No. Se debe hacer énfasis en que no fue un fracaso comercial. Con un presupuesto de 35 millones de dólares, logró recaudar casi los 100 millones en taquillas alrededor del mundo, más de lo que muchas otras cintas recaudaron ese año.

Audiencia y argumento

El villano M. Bison quiere dominar el mundo por medio de su organización criminal, Shadaloo. Una historia muy simple de “buenos” contra “malos” en la que unos peleadores callejeros, Ken y Ryu, tienen la oportunidad de redimir sus crímenes al ayudar a Guille a detener al villano. Es verdad que en todos los sentidos (actuaciones, a excepción de Julia, argumento, fotografía, edición de sonido, etc.) tiene fallas; la idea no es entenderla como la película del siglo, al igual que mucho de lo que vemos, esto es parte del cine comercial que no se enfoca en ser “buen” cine, ni tampoco llegar a lo artístico. Simplemente hay que comprender que no dejó de cumplir con su objetivo.

¿Pero por qué no usar algo de toda la historia de los personajes de la franquicia? Salió en 1994, un año antes de que la serie Street Fighter Alpha naciera y sólo existían el original Street Fighter en arcadia y Street Fighter II (y derivados) en mismo formato y para consolas caseras. No había mucha historia, no para adaptarla a una cinta. Probablemente una reunión de inversionistas sucedió muy similar a: “Oigan, ese jueguito de peleas está vendiendo muchas copias, millones para consolas y varios miles de arcades” “Tienes razón, hagamos una película y anemos dinero” “Como es de peleas, es una necesidad tener a Juan Claudio Van Damme”.

Al igual que la adaptación de Mario Bros. a la pantalla grande, la idea detrás del negocio era básicamente la misma: hay buenas ventas en un formato, por lo tanto se hace una adaptación cinematográfica. No había mucho material del argumento en la franquicia y muchos jugadores de la época, a pesar de ser adolescentes o jóvenes adultos, se percibían como niños (¿alguien reconoce ese estereotipo tan lejano a nosotros?) por lo cual ése fue el público objetivo.

Lo he dicho varias veces recientemente en twitter: duele no ser la audiencia objetivo de un producto que amamos. Es decir, duele ver que aunque amemos Star Wars, por ejemplo, Disney (y el mismo Lucas en Episodio I) probablemente pensará más en no iniciados o en niños para nuevas entregas. Así pasó aquí y vaya que a muchos niños les divirtió ver a personajes con los que jugaban en “las maquinitas” en una pantalla gigante y peleando entre ellos.

Para hacer dinero, no se puede atender a un nicho demasiado específico y se tratará siempre de buscar que nuevas personas se integren al mismo. Esta es la razón por la cual las adaptaciones al cine de nuestros juegos preferidos, siempre dejan de lado temas complejos simbólicos (Silent Hill) o como en el ejemplo aquí tratado, se busca hacer algo sencillo y que muchas personas puedan ver. Algunos incluso son padres que lo ven como oportunidad de acercarse un poco a ese gusto tan raro y obsesivo de sus hijos por “sus jueguitos”.

Lo malo

El mayor problema fue la dura crítica de quienes querían ver otra cosa y peor aun, de quienes, con los años, se encontraban con la cinta y quedaban decepcionados. La crítica especializada fue dura, con muchas razones, aunque olvidaron que siendo para un público de niños y un poco de adolescentes, muchos elementos eran intentos de comedia. Claro que incluir a personajes como Dhalsim y Blanka y tenerlos encerrados toda la cinta fue de las peores decisiones.

Lo peor del caso fue que, irónicamente, por ser un éxito comercial, se lanzaron dos juegos de video inspirados en esta película, inspirada en un videojuego…. y son muy malos juegos, con capturas computarizadas de los personajes interpretados por los actores. Y además, el intento de película más reciente, sobre la historia de Chun-Li, eso sí es verdaderamente un fracaso que demuestra no haber aprendido de errores del pasado, por eso suceden las guerras, señoras y señores.

Veredicto y condena

Bajo todo estándar básico de análisis de contenidos audiovisuales y muy particularmente de apreciación cinematográfica es una mala obra. Como adaptación de un juego que ofrecía poco material adaptable (aunque podian optar como en el caso de Mortal Kombat y centrarse en el torneo), hizo un esfuerzo por ofrecer algo coherente involucrando a muchos personajes sin tiempo para presentarlos y logró generar dinero, risas y muchas lágrimas de enojo.

Es inocente de ser una de las peores películas inspiradas en el entretenimiento digital interactivo (así díganle a sus profesores o jefes cuando hablen de juegos), para un top 5 de esa clasificación tenemos 4 lugares ocupados por Resident Evil. Es culpable de fomentar un estereotipo que ha durado por muchos años: jugadores = niños/gente inmadura. Es una “decente mala” película de la que se puede aprender mucho y la que hay que criticar, sí, no obstante hacerlo bajo el contexto que fue creada.

Aún hay esperanza, claro, pues este filme podra estar condenado a ser visto como algo peor de lo que es (si pueden volver a verle, traten de hacerlo a través de los ojos de su niño interior, si todavía vive), sin embargo en general la industria de los video juegos ha crecido tanto y hay tantos jugadores que las barreras con el cine se están rompiendo y además ya no es iluso considerar hacer una cinta que respete el canon del original. Simplemente tenemos en marcha Assassin’s Creed, God of War, Deus Ex, Mass Effect y Metal Gear, como futuras adaptaciones.