Reseña Cine | A dangerous method (Un método peligroso)

Se estrena en nuestro país «Un método peligroso», cuya trama aborda la relación entre Carl Gustav Jung y el padre del psicoanálisis: Sigmund Freud. No te pierdas todo lo que vimos en esta cinta. Todo tras el salto.

Título: Un método peligroso
Título original: A Dangerous Method
Dirección: David Cronenberg
País: Canadá, El Reino Unido, Alemania, Suiza
Año: 2011
Fecha de estreno: 25/11/2011
Duración: 93 min.
Género: Drama, Thriller
Calificación: No recomendada para menores de 12 años
Reparto: Viggo Mortensen, Keira Knightley, Michael Fassbender, Vincent Cassel, Sarah Gadon, André Hennicke, Arndt Schwering-Sohnrey, Mignon Remé, Mareike Carrière, Franziska Arndt
Guión: Christopher Hampton
Web: http://www.sonyclassics.com/adangerousmethod
Distribuidora: Universal Pictures International (UPI)

Sinopsis

Un método peligroso transcurre a principios del siglo XX en Zúrich, en medio de la turbulenta relación entre el joven psiquiatra Carl Jung (Michael Fassbender), su mentor Sigmund Freud (Viggo Mortensen) y Sabina Spielrein (Keira Knightley).
A este trío se añade Otto Gross (Vincent Cassel), un paciente libertino decidido a traspasar todos los límites. Esta exploración de la sensualidad, de la ambición y del engaño llega a su momento cumbre cuando Jung, Freud y Sabina se reúnen antes de separarse definitivamente y cambiar la dirección del pensamiento moderno.

Reseña

Hay una vena delgada y fina que a través de los años ha conectado al cine con la psicología. Ya sea que la veamos aplicada para causar cierta sensación o para lograr determinada reacción en el público. A decir verdad actualmente, no es ajena a nosotros en la vida cotidiana. Quizá ahora sea mucho más comun de lo que era cuando la teoría del psicoanálisis empezaba a dar sus primeros pasos y se postulaba como hipótesis ante al mundo.A dangerous method (Un método peligroso) aborda un pequeño fragmento de la historia entre el padre del psicoanálisis, Sigmund Freud (Viggo Mortensen) y uno de sus más famosos opositores Carl Gustav Jung (Michael Fassbender). En un principio participes de la misma escuela fundada por Freud y más tarde viendo separadas sus ideas por diferencias entre sus teorías.

Utilizando de telón el psicoanálisis, la película nos muestra una relación simbiótica de padre e hijo que se va desarrollando de manera gradual. Dirigida por David Cronenberg, cineasta que sin duda podrá llegar a la memoria de muchos en forma de vísceras, sangre y demás encantos del cine de horror y del thriller psicológico que ha entregado a lo largo de su carrera, pero esta vez, su acercamiento a la psicología llega por otro rumbo.

Lejos de otorgarle un verdadero protagonismo a la relación profesional y personal que desarrollaran estos dos personajes históricamente reconocidos, nos invita a presenciar la introducción en la trama de elementos discordantes ajenos a esto. Así llegamos hasta Sabina Spielrein, con una interpretación de Keira Knightley que durante el primer tercio de la película se la puede ver danzando entre los mares de la histeria y la crisis psicológica.

Quizá sea este mismo apartado el que opaca la importancia de la relación Jung/Freud, que se nota diezmada interpretativamente por Knightley, aún encontrando a un portentoso y soberbio Freud junto a un joven Jung deambulando entre las trabas sociales y la rectitud moral.

Sabina es el motor para que este último, vaya desplegando sus propias problemáticas humanas, y termina transformándose en confidente y cómplice. Todo a través de esta relación entre ambos actores, que termina dando un resultado inesperado. Aun con ciertos problemas en el acento del personaje de Sabina Spielrein, encontramos una magnífica interpretación, lo que hace que en un principio los achaques de histeria se vuelvan un elemento realista bastante logrado en el filme.

Pero lejos de los detalles técnicos, podemos encontrar en la película una suerte de travesía por los años de juventud de Jung, que están colmados de infortunios y sobre todo, de aquello que a veces pierden de vista algunos filmes: que aun los psicoanalistas comparten esa raíz humana con todos nosotros. Ese montículo de dudas, de incertidumbre, de inexplicable confusión humana de la que todos somos víctimas.

Y más allá de lo argumentalmente evidente y de la lucha de “egos” (si es que el contexto psicoanalítico me lo permite), también podemos ver una inspección cercana a la condición instintiva de la humanidad, en tanto al sexo, a la guía “paterna” y a los subtemas que se desprenden de todo eso. El devenir de todas estas cuestiones desemboca en las cartas entre ambos psiquiatras y cuyas conversaciones levantan el telón para las constantes confrontaciones de sus ideas. Primero demostrando a Jung como un aprendiz, como un ser ávido de preguntas y que sin embargo a través de la cinta se desarrolla hacia el polo contrario.

Freud por supuesto deja en clara la expectativa sobre el joven psicoanalista, pero lo importante es notar los extremos abiertos de cada uno de ellos, mientras uno se pronuncia hacia las ideas más arriesgadas, el otro se mantiene en aquellas ideas sobre la sexualidad como raíz misma de todos los padecimientos. Así encontramos en toda la película este choque constante, en que podríamos encontrar como un ejemplo sobrio, que uno es señalado como judío, y otro como ario. A lo largo de la cinta se hacen presentes también los diálogos confinados al choque, a la controversia que sólo es abordada por Jung hasta bien avanzada la trama.

La película está a su vez basada en la obra de teatro “The Talking Cure” de Christopher Hampton quien esta a cargo del guión en la película. La relación desarrollada en este guión entre Spielrein y Jung justifica el título, aunque realmente la gente estudiosa de la psicología lo encontrarán bastante inadecuado. Es patente en este sentido el momento en que Freud canaliza a un anárquico psiquiatra a Jung, quien a su vez logra desbalancear su pensamiento, con uno más transgresor, desafiante y libertino. Y al final parece que quien toma terapia es Jung y no quien la otorga.

Para muchos usos prácticos, la relación de estos tres personajes (incluyendo la fugaz pero importante aparición de Otto Gross interpretado por Vincent Cassel) en realidad parece un “estira y afloja” entre infidelidades, lucha de egos, exploraciones hacia la sexualidad más reprimida y también hacia el morbo producido por esa relación que mantuvieron durante muchos años el triangulo Jung-Freud-Spielrein.

A notarse también, las cartas enviadas entre cada uno de ellos y el sistema de comunicación que generaron. Siendo el primer encuentro entre ambos uno que termina siendo un guiño al humor negro de Cronenberg y que no se puede pasar por alto. Son estas pequeñas intervenciones (que no dejan de ser serias) las que en definitiva sirven para darle cohesión a lo que bien podrían ser momentos sin trascendencia. Sin duda los diálogos entre los dos psicoanalistas son los mejor logrados, siendo los sueños una ventana a un proceso de psicoanálisis “joven” y aún en desarrollo.

Coordinado con las actuaciones, el vestuario aunque sencillo, resulta ser de los elementos que más se disfrutan de todo el filme. Todo debido a que realmente las locaciones ofrecen lo necesario al espectador y es simplemente evidente que todo aquello que luce y brilla en la cinta, además de la fotografía tan bien logrado, son los estupendos diálogos. No así las interpretaciones que en ocasiones parecen frías y faltas de desarrollo.

Realmente una película que no pretende enseñar que es psicoanálisis, trata de retratar esa etapa temprana en que se estaba gestando esta disciplina (aunque después fuera catalogada como pseudo-ciencia por algunos) y el conflicto suscitado por estos dos personajes, pareciendo dejar a Sabina Spielrein como catalizadora y también como “síntesis” virtual de ambas posturas. Es ese tercer elemento en disputa que termina llevándose lo mejor de ambas posiciones y que al final sirve de nexo, pero también de punto de inflexión para toda la trama.

Una película que trata de retratar una etapa de historia “clínica” pero que se queda a medias. El hecho de que no aborde ni un poco de la situación de Europa en esos momentos parece internar a los personajes en una burbuja en donde no son afectados por el clima que imperaba en tal tiempo. Todo parece referirse a la crítica al método, a los constantes ataques y a la descalificación de experimentación que planteaba Jung, por parte de Freud.

Quizá sea atractiva para la gente relacionada con el psicoanálisis o para aquellos que quieren ver un parpadeo a la relación de estos dos personajes tan importantes. Es sumamente elocuente, tiene un guión bastante fuerte y la interpretación de Knightley se lleva la película. Por lo demás, no es una película que recomendaría del todo, si bien es cierto que tiene aspectos sumamente interesantes, termina cayendo en ese oscuro baúl de películas que están a medio camino entre las bondades que ofrecen y los detalles que no las dejan brillar por completo.

Búscala si realmente tienes tiempo y la paciencia para abordar la temática que maneja, y sobre todo si quieres darle un vistazo a lo que bien podría ser un enfoque ligero de lo que realmente significó la relación de estos dos personajes para la psicología y psiquiatría moderna. Por todo lo demás, tampoco es una cinta obligada al cine.

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Que tengan buen fin de semana, y recuerden, el cine es vida.

Saludos

Comments

  1. Desde hace tiempo me gusta mucho el tema del psicoanálisis aunque mis conocimientos sobre este sean muy básicos estoy dispuesta a ver películas relacionadas, esta en especial me llamó la atención por la participación de Fassbender. Cuando me genere un espacio para ver película , consideraré verla.

    Saludos 🙂

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