Reseña Cine | Resident Evil Retribution (La venganza)

Si hubiéramos imaginado en 1996 que aquel juego de terror que marcaría un género y sería el parte-aguas de una franquicia prolífica convirtiéndose subsecuentemente, en un fenómeno que diera a Capcom cientos y cientos de retribuciones (irónicamente) monetarias quizá no nos costaría pensar que en algún momento iba a llegar alguien con la magnífica y estupenda idea de llevar este título a la pantalla grande. Pero no fue así, y mientras discurrieron los años nos encontramos con títulos increíbles, que eso si, nunca estaban exentos de la polémica conforme salían, pero que dieron sus frutos con grandes videojuegos que hoy día atesoramos bastante.No obstante si alguien nos hubiera prevenido de lo que encontraríamos después de cuatro cintas en el cine, quizá nos hubiéramos planteado muy seriamente en mandar cartas masivas para evitar el homicidio de una franquicia, que ya de por si en los videojuegos sufre de una falta de credibilidad y de una endeble esencia que quiere salir a flote una vez más con la última entrega que se avecina.

Quizá cuando miramos en retroceso encontramos en Resident Evil (películas) un intento por darle vida a un universo que ya de por sí era difícil transportar a la pantalla grande. Pero definitivamente, las problemáticas a las que se podría enfrentar un guionista y/o director al momento de hacer una adaptación nunca justificarían el intento absurdo de película que resulta ser Resident Evil Retribution.

Hay varias cosas a analizar, pero desde este momento, es fácil decirles y plantearles el asunto de esta manera: la película no merece bajo ningún concepto (a excepción quizá del mismo morbo) que le presten atención o que la elijan como opción para su ida al cine (salvo que ya sepan a lo que van). Es una película centrada en la acción que adolece de argumento, en realidad… no adolece, simplemente no lo tiene. Es un ir y venir de dispares escenas de acción que no terminan de encajar, ni realmente ofrecer una coherencia cinematográfica.

Raya en lo absurdo, en lo risible, y sin querer ser este su objetivo, se puede catalogar como un despropósito de cinta que utiliza burdos pretextos para mostrar los últimos efectos especiales en 3D, que es lo que termina por ser lo único rescatable de toda la cinta (salvo elementos como las protagonistas que muchos hombres agradecerán, pero que no justifican absolutamente nada de todo lo demás).

Desde el primer minuto hasta el último, nos encontramos con una película que no pretende darnos una historia, lo que pretende es ofrecernos una consecución de tomas, planos, efectos y demás para mostrar a Milla Jovovich en escenas perfectamente prescindibles que a las personas que no busquen entretenimiento en bruto, terminará por abrumar y hartar. Se hace cansina pues hay más patadas que diálogos, y en muchas ocasiones los remates del guión terminan pareciendo ridículos así como una serie de escenas que rayan en la parodia.

Ahora, veamos. Claro, es una adaptación de videojuego y por lo tanto, nos encontramos con una película que trata a todas luces de mostrar una temática simple pero que se desarrolle lo más cercano posible a como lo haría un videojuego. Ya desde este punto hay cierta contradicción en el asunto, pues pensar que la fórmula mágica es copiar los elementos del juego tal cual a un ejercicio cinematográfico es una tremenda equivocación.

Es sin duda la película de Resident Evil que más se quiere parecer al videojuego. Pero no por la historia, si no porque en este universo todo es posible, y hay varias formas de entender la película de modo que, planteando el punto de vista desde esa óptica de gamers (que muchos de nuestros lectores entenderán cuando la vean) se pretende dotar a la filmación de “stages” e inclusive “bosses” dentro del recorrido, así como un constante énfasis hacia el rol que juega la protagonista en la serie y en donde las escenas de acción nos recuerdan más a un hack & slash que a una adaptación de un survival horror (aunque de este género ya casi no tenga nada la franquicia)

Así nos encontramos con el desarrollo y la explicación de la “misión” que supone el trámite de toda la película para llegar prácticamente al mismo punto donde se empieza, y por otro lado utilizando herramientas que Paul Anderson (como guionista de todas y director de algunas de estas cintas) viene utilizando frecuentemente y que se antojan gastadas. Tal es el caso de que, nos encontraremos, como ya es costumbre, con Alice despertando de diferentes maneras a “nuevas pesadillas”. Quizá es por esto que digo que, de forma paradójica, Resident Evil Retribution pretende ser la película que más se acerque al propio videojuego, pero que logra exactamente el efecto contrario.

La inclusión y explotación de cameos (que huelen a fan service del más simple) como el de personajes como Barry, Ada Wong y León de pronto hacen preguntarse si al final, no era más fácil saltar olímpicamente esta película y pasar directamente a la sexta entrega. Por parte del guión en este aspecto, hay demasiadas inconsistencias, que parece que el director nos sugiere un “c’mon, es como en su videojuego” en donde nada más salir la pantalla de Game Over podemos oprimir Start y volver a donde nos quedamos sin preocuparnos de nada.

Otra idea que termina reforzando esto, es el hecho de incluir en su plantilla visual y argumental los clones, analogía por defecto y que sirve para entender un poco hacia donde caminaba la cinta, pues ya en los videojuegos podemos imaginar que apenas ser devorados por un zombie, o un raro producto del virus T/G/H/X/Z/PRI o como quieran llamarle, tendremos solo que agarrar un nuevo clon y “empezar de nuevo” para terminar el juego.

Ciertamente el despliegue de efectos puede que sea un “Eye Candy” pero el problema no está en el abuso, el problema está en la forma en que se maniobra con ellos. Cuando tienes una producción de esta talla, no puedes más que esperar que los efectos refuercen una idea, o quizá que se detonen a sí mismos como el entretenimiento visual (como ya lo veíamos en Sucker Punch en su momento) pero que no eximen a la cinta a ser un desperdicio cinematográfico.

Aquí el asunto es, que siendo una página perfilada mayoritariamente a los videojuegos, todos aquellos que hemos estado frente a uno memorable, sabemos que, a fin de cuentas, el alimento visual y de jugabilidad nunca ha significado sacrificar la historia, y por el contrario encontramos varias joyas en guión que apoyan a la producción de un buen juego a clasificarse como increíble.

En este caso, hay videojuegos que dicen a gritos “soy casi una película” pero que terminan siendo buenos porque en ambos casos, sus apartados están bien trabajados. Sin ser el caso de esta película, que sabe menos a filme, y que en su intento de emular más un videojuego se lleva la peor parte de ambos. Se queda en el limbo de no ser ni uno ni otro, y nos deja esa sensación de estar observando un simulacro de videojuego, en donde el sin sabor es no poder tomar el control y llevar la historia por donde nosotros queremos.

Aunque tampoco hay que dejar de lado algunas pequeñas cosas que darán satisfacción dentro de la cinta. Hay ciertos planos que realmente agradan a la vista, como aquellos llenos de blancos y encuadres bastante cuidados que no podemos ignorar. Tampoco podemos dejar de mencionar esa parte de hielo que nos recordará mucho a Code Veronica y la constante persecución que sufre la protagonista por el mismo monstruo una y otra vez (elemento de todos los Resident Evil’s)

El apartado sonoro de pronto otorga matices interesantes pero se mantiene en la misma línea que casi toda la película, en donde algunas escenas de peleas, con la música empleada, hacen que en conjunto no luzcan de la mejor manera (por ahí algún leit motiv que aparece durante la segunda mitad de la cinta y en especial en la pelea Alice-Jill)

Pero en general no hacen buena cohesión, aunque por sí mismas las composiciones pueden funcionar, no así, cuando se trata de amalgamarlas junto a las escenas de acción. Aún así, es inevitable pensar que siendo un estreno tan esperado la gente no vaya a verla, y no se puede evitar pensar que esta es la mejor forma de que cada uno de los espectadores arme su propio criterio hacia la cinta. Actualmente es difícil pensar en una cinta de Resident Evil que nos entregue satisfacción más allá de la acción gratuita e inmediata.

Pero tampoco podemos hacer la vista a un lado, de que hay personas que disfrutan precisamente de ello. Si no es tu caso, es probable que salgas del cine un tanto insatisfecho. Pero aún en el cine, se necesita ver de todo tipo de cintas para tener elementos a comparar. Dicho esto, no queda más que esperar a la siguiente cinta para saber si el camino que se toma es uno que permita seguir disfrutando de grandes efectos visuales, pero ahora si con una trama e historia trabajada y a la altura.

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